Entrevistamos a Walter Astrada, fotoperiodista por más de 25 años. Ha viajado y vivido en muchos países trabajando para agencias de noticias o realizando reportajes documentales sobre temas sociales y de derechos humanos.
Impulsado por su deseo de experimentar más del mundo, el 1 de mayo de 2015 partió desde Barcelona con la idea de viajar por el mundo con su cámara y en su motocicleta Royal Enfield, a quien bautizó como Atenea. Así, mientras viajaba, ha ido documentando lo que observaba. Desde que salió de España, ha visitado 34 países con un total de más de 130 mil kilómetros recorridos. Esto fue lo que nos narró.
Cuéntanos ¿de qué trata tu proyecto The Journey y qué te motivó a crearlo?
La verdad es que el proyecto surgió por que quería viajar, nada más. Vengo viajando en moto desde hace siete años, fui haciendo fotos mientras viajaba para descansar un poco de los proyectos que antes hacía. Entonces, digamos que la idea al principio era viajar seis meses para ver si aguantaba, porque nunca había viajado tanto tiempo en moto. Todo iba bien, así que seguí, y me dije: “bueno tal vez pueda dar la vuelta al mundo en dos años”, pero se prolongó a siete, sumando los dos años de pandemia. Antes del viaje me rompí el ligamento en la rodilla, me operé y mientras estaba haciendo la rehabilitación me hice una cuenta en Instagram. Empecé a hacer fotos de la vida diaria en Barcelona, dónde vivía, más algunas fotos de la rehabilitación, allí surgió la idea de fotografiar en pleno viaje, pero no con una idea fija, no fue nada planeado. Fui haciendo fotos de calle que era lo que me gustaba tomar y luego fui haciendo algunos reportajes a lo largo del viaje también. En Bolivia fue donde hice más fotografías porque estuve allí más tiempo, pero digamos que The Journey es un conjunto de fotos diarias de los países que fui recorriendo más algunos reportajes, pueden ser imágenes de celebraciones o de algunas cosas específicas de la cultura de los países en dónde estuve.
¿Cómo se auto gestiona el proyecto? ¿Existe algún contacto o canal para las personas que deseen apoyarte?
¡Uf! esa es la parte más complicada. Yo dicto talleres, haré uno de cinco días en Cusco a principios de junio y que será presencial, también un taller virtual de un día, una clase magistral que lo hago con la Asociación de Fotoperiodistas del Perú (AFPP). Y luego, más adelante, en agosto, un taller de cinco días en Lima. Esa es una de las formas de autogestión del proyecto. También realizo talleres mientras recorro el mundo, con la pandemia se normalizaron las clases por internet, entonces he hecho varios talleres en línea y lo que hago es juntarme con las asociaciones de cada uno de los países que visito, trato de planear algún taller presencial con anticipación donde la gente se va inscribiendo. Luego las fotos que subo en mi página web www.wathejourney.com están a la venta, esa es otra forma de financiarme. Si a la gente le gusta las fotos, las compra, un laboratorio en Madrid las copia y las envía a su casa. También en esa misma web encuentran una plataforma de colaboración www.wathejourney.com/collaborate en la cual si te gusta lo que estoy haciendo pero no quieres comprar una foto o quieres tener una foto pero colaborando en la web, me llega como una colaboración a mi PayPal y ese dinero lo utilizo para viajar. Además en la época de pandemia he dado clases virtuales en universidades y colegios y abrí un canal en Patreon www.patreon.com/walterastrada que es una plataforma de pago cómo si fuera Netflix donde hay artistas, fotógrafos, pintores, dibujantes, etc. que van compartiendo diferentes actividades. En mi caso yo lo que hago ahí es compartir fotografías, hago revisiones de trabajos de fotógrafos, pido grabar una clase o la revisión de un proyecto eso también lo comparto allí; con eso la gente no solo ve mis trabajos sino también otros fotógrafos de cómo ayudo a otras personas a organizar sus proyectos, porque muchas veces la gente tiene su trabajo pero no sabe cómo editarlo y ese es el grave problema de todos los fotógrafos. Si hay alguna imagen de los trabajos anteriores o trabajos que te gusten yo agarro la hoja de contactos y muestro porqué he elegido cada una de las imágenes, también lo que hice durante la pandemia fue grabar el taller de metodología que doy en un día, pero lo reparto en capítulos entonces si no te puedes inscribir al taller de un día lo puedes ver en capítulos. Son varias formas de autogestión de The Journey, no hay una sola entrada de dinero, siempre fui haciendo muchas cosas, el dinero venía de diferentes partes, y ese capital lo aplico y destino a lo que quiero hacer, que en este caso es viajar y fotografiar los lugares que voy recorriendo.
¿Qué planes tienes para The Journey este 2022?
Por ahora es quedarme hasta finales de julio en Perú, luego para octubre planeo ir a Ecuador. Es un país más pequeño que Perú así que lo podría recorrer bastante rápido, quizás en tres meses. Después iré a Colombia, no sé cuánto tiempo podré estar allí y no sé si cruzaré a Panamá. Me gustaba mucho la idea de llegar a Cuba desde Colombia, pero tengo que ver si es posible encontrar un barco que haga eso. El plan hasta fin de año es recorrer Perú, Ecuador y empezar a viajar por Colombia, ya más adelante iría viendo qué sigue, el plan es que voy viendo lo que hay y lo que puedo hacer. Realmente con esto de la pandemia he empezado a no planear mucho, más allá de los tres meses que el país me permite entrar, como en este caso Perú, porque nadie te puede decir que dentro de dos meses cierran el país de nuevo, por la pandemia y entonces, nadie puede salir.
Hablando de la pandemia ¿Cómo afectó al proyecto?
Bastante por el cierre de las fronteras. Perú acaba de abrir hace dos meses, me refiero a la frontera terrestre, eso fue lo más grave para The Journey. Por otro lado, el hecho de que la gente se haya acostumbrado a tomar clases virtuales me permitió seguir trabajando el dar talleres en línea. Es como un regalo porque no hubiese podido ganar dinero durante esos casi dos años, no sé qué hubiese hecho, pero al poder dar talleres online pude mantener mis ingresos para seguir viajando y así cuando volví a Bolivia, obviamente seguí haciendo los talleres cada dos meses. Lo otro es que fueron dos años en los que estuve básicamente entre Paraguay y Bolivia, en Argentina estuve en diciembre que fui para ver a mi madre.
Yo en mi moto pongo el nombre de los países y al lado de Bolivia y, en vez de un país, ahora tengo un símbolo del infinito porque estuve dos años allí dando vueltas como en círculo. Todavía no he escrito el nombre del Perú porque normalmente lo escribo cuando tengo más tiempo dentro del país, es una cuestión de cábala. La Pandemia por un lado me perjudicó y por otro me ayudó, porque me permitió desarrollarme vía online y abrir el canal de Patreon que poco a poco va sumando seguidores.
Sabemos que el primero de junio vas a dar un taller en Cusco que lleva por título Contar Historias ¿Podemos saber de qué se trata?
Básicamente es compartir la experiencia que tengo no solo desde The Journey sino con los proyectos que lo antecedieron como el de violencia contra las mujeres, el de trabajo infantil, los haitianos en dominicana, la esclerosis múltiple en Europa. Varios proyectos en los que trabajé antes del viaje tienen una metodología de trabajo, es decir, un proceso que empieza cuando se te ocurre una idea o alguien te propone una idea de proyecto; para mí lo más difícil es desde ese momento en que se origina la idea. Hacer fotos creo que es lo más sencillo, para mí o para cualquier persona que se considere fotógrafo debería ser sencillo hacer fotos; buenas fotos es complicado, pero hacer fotos sí es sencillo. La diferencia entre los fotógrafos son las ideas que se les ocurre y qué proyectos pueda hacerse con ellas, lo que sucede es que muchas veces copiamos proyectos o ideas de otros y vamos haciendo todos, lo mismo.
Para mí esa es la clave y eso es donde más se trabaja. En cinco días no vas a tener un proyecto terminado, vas a tener un pequeño reportaje, para mí un proyecto es más que un día o cinco días, lo importante es que en esos cinco días se trabaja el cómo generar ideas, el cómo hacer los contactos, el cómo hacer que la gente te permita hacer las fotos, en lograr ese acceso con el cual vas a lograr hacer fotos.
Luego la segunda parte es que se lleven herramientas para saber elegir las mejores fotos que tengan, porque los fotógrafos no sabemos elegir nuestras propias imágenes y finalmente lo que comparto en el taller son formas de financiar proyectos que eso es tan importante como las ideas, porque puedes tener unas ideas geniales, pero si no tienes dinero para hacer los proyectos se quedan en ideas. Y viceversa, puedes tener muchísimo dinero, pero si no tienes ideas no fotografías nada, entonces técnicamente necesitas esas dos cosas.
Digamos que tengo experiencia en eso, llevo siete años viajando sin tener un trabajo fijo, el cómo generar dinero para hacer proyectos lo tengo bastante desarrollado. Por otro lado, he ganado tres becas para desarrollar el proyecto de violencia contra las mujeres, entonces sé como escribir proyectos y como aplicar a becas, son cosas que a la gente le puede servir.
Finalmente, tener una pequeña noción como con las imágenes, donde tenemos ir formando la narrativa o el orden para que construya esa narrativa que sea vista por las personas en el trabajo. Yo creo que esas cuatro o cinco cosas son las más importantes, la creación de ideas y el acceso, puedes tener una idea genial pero si no tienes herramientas, si no tienes la facilidad para que las personas te dejen entrar y fotografiar su vida, todo se cae. Debemos considerar que hacemos temas en los cuales mucha gente está en una situación muy vulnerable y hay que tener empatía como para poder lograr ese acceso, cosa que cuando ya estemos en el lugar podamos hacer las fotos. El cómo relacionarse con las personas es complicado y cómo ganar dinero para los proyectos también es complicado. Hay muchas cosas que la gente se lleva para aplicar en cualquier otro proyecto o una continuación de lo que está haciendo.
Finalmente, ¿por qué crees que te has posicionado como un referente de la fotografía en el mundo?
(Risas) ¿En el mundo? No creo, no. Sé que hay gente que sigue lo que hago, que le gusta lo que hago, pero también hay quienes odian lo que hago; también puedo ser una referencia negativa en cuanto a “no quiero hacer lo que esta persona hace”. Yo diría que en algunos casos por los premios que he ganado, eso ayuda a posicionarte en cierta manera porque cuentas con reconocimiento.
Creo que los trabajos que hice en cierta forma como el multimedia de La India aún se continúa utilizando en universidades, entonces que un trabajo tuyo se utilice como referencia para mostrar cómo posibilidad de trabajo o cómo modelo de proyecto, en cierta forma más que una referencia mundial como dices. Es una referencia de cómo algunos proyectos deberían hacerse, eso me parece interesante.
Habré tenido tres o cuatro mil alumnos desde que doy clases, obviamente no todos son fotógrafos, no todos los que han llevado el curso han continuado haciendo fotos, porque muchas veces la gente cambia sus intereses. Lo interesante aquí es que varios de los proyectos que hice se siguen mostrando en clases y eso de ser un referente está buenísimo.
Creo que otra buena referencia es que me gustaría que la gente reconozca que los proyectos tienen un tiempo, que pueden ser de largo o corto plazo y para lograr eso, hay que dedicarle tiempo y esfuerzo. Hay que enfocarlo por el lado del proyecto que uno hace, por el mensaje que das, por cómo trabajas, por cómo te relacionas cuando estás haciendo el proyecto, etc. por ahí va la cosa. Si fuese solo por el viaje en moto sería mucho más complicado, porque lo que fotografío ahora a mucha gente le parece aburrido y a mí me parece interesante porque es el día a día de mucha gente. Para mí es tratar de hacer especiales los momentos que parecen muy comunes y eso es mucho más difícil de lograrlo desde la fotografía. Eso de fotografiar un conflicto, las fotos están allí, aunque sea duro lo que fotografías pero digo, pasan tantas cosas que es más fácil lograrlo; en cambio no es tan común una señora cocinando que es muy difícil hacerlo y obtener una buena imagen de eso. Me gusta la referencia de ser alguien que ahora está fotografiando lo que no es noticia, creo que eso está bueno.
Fotografías: Walter Astrada y Estefanía Ortíz
Entrevista: Carina Escudero